Pedro Cera abre una sede en Madrid, coincidiendo con el 25 aniversario de su galería lisboeta
Hoy se han abierto las puertas del nuevo espacio expositivo de la galería Pedro Cera en Madrid, ubicado en el número 13 de la calle Barceló. La expansión de la galería portuguesa coincide con la celebración de sus primeros 25 años de actividad y supone un paso importante en la internacionalización de la galería y también una apuesta por el mercado español.
“Hemos debatido esta idea en la galería y lo más natural ha sido elegir la ciudad de Madrid como sede para esta expansión, llevamos muchos años trabajando con el mercado español de arte contemporáneo”, afirma Pedro Cera.
Para la inauguración, Pedro Cera ha escogido la obra del artista David Claerbout (Kortrijk, Bélgica, 1969), que presenta dos sugerentes vídeos de reciente creación: The Close (2022) y Birdcage (2023). El primero, ambientado en la década de los años veinte, periodo en el que la cámara se incorpora a la vida pública, se basa en imágenes de aficionados reconstruidas y representaciones en 3D de dichas imágenes. A través de esta pieza el artista cuestiona el papel de la memoria en la percepción visual. Tras una primera parte en silencio, que evoca las películas de cine mudo, los últimos minutos son de una gran intensidad emocional al introducir una interpretación de la pieza musical Da Pacem Domine de Arvo Pärt.
Por su parte, Birdcage, que se estrena con motivo de la exposición, toma como punto de partida las nociones de verdad óptica y materialidad digital para abordar los cambios y consecuencias de nuestra percepción alterada del tiempo y la realidad en la era digital. En esta película de 20 minutos una explosión silenciosa rompe la tranquilidad de un pintoresco jardín, transmitiendo una sensación de emergencia, una imagen perturbadora de violencia y dolor que se retrata como una experiencia meditativa: la vida y la muerte, la belleza y la destrucción.
La exposición incluye también una selección de pinturas inéditas sobre papel realizadas a lo largo del proceso de producción de las respectivas obras de vídeo, y cuya existencia física y naturaleza táctil crean una oposición material, temporal y conceptual a lo digital.
La programación de la galería, que representa a una nómina intergeneracional de 22 artistas de Europa, América Latina y Estados Unidos, se desarrollará indistintamente entre Madrid y Lisboa. Con la inauguración de la sede madrileña se multiplica la oportunidad de mostrar el trabajo de estos creadores, al mismo tiempo que abre la posibilidad de incorporar nuevos artistas a la programación actual.